La Leyenda de la Rosa
La montaña tembló nuevamente, brindándole un momento oportuno a Nicolás, quien asesto un corte muy profundo al demonio con su espada. El demonio se enfureció, lo miró con renovado odio, y embargado por la ira y furia rugió fuertemente diciéndole:
-¡¡¡No tan sólo destruiré tus ideales, acabaré también con tu alma!!!
Comentarios