La Leyenda de la Rosa
Nicolás encaró al ser encapuchado, y la sombra negra hablo:
-¿Crees que puedes detenerme tu solo insignificante caballero? Tus ideales han muerto, al igual que tu orden, no eran más que frágiles mentiras que aplasté fácilmente; y ahora cuando acabe contigo, terminarán por desaparecer para siempre!
De uno de los brazos abstractos del demonio se creo una espada que parecía de cuero, lo que le daba un aspecto tétrico, y horrible, el filo que se podía ver del cuero sucio era de un verde podrido, intimidante. Pero Nicolás no temía, frunció su entrecejo y se lanzo a la batalla contra el legendario demonio.
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